Tipos de Hepatitis viral
Es una enfermedad que puede ser aguda o crónica, y puede provocar complicaciones muy graves si no se trata adecuadamente.
Un absceso perianal es una infección que se produce cuando las glándulas anales, que producen moco para lubricar el ano, se obstruyen y se infectan. Esto puede llevar a la formación de una cavidad llena de pus cerca del ano. Los abscesos perianales son más comunes en hombres que en mujeres y pueden ocurrir a cualquier edad. También se le conoce como Absceso glúteo.
Los síntomas de un absceso perianal suelen incluir dolor intenso en el área del ano, enrojecimiento, una zona de aumento de volumen o inflamación, sensibilidad al tacto y fiebre.
Puede resultar difícil sentarse o caminar debido al dolor. Además, algunas personas pueden experimentar sensación de cansancio y malestar general debido a la infección.
En la mayoría de los casos es suficiente que tu médico realice un examen físico del área afectada y, en algunos pocos casos, puede solicitar pruebas adicionales, como análisis de sangre o imagen.
Absceso perianal o gluteo.
Como en la mayoría de los casos de formación de absceso, sin importar la localización, es importante el drenaje, es decir, la eliminación de la pus. Esto se logra mediante un procedimiento médico llamado incisión y drenaje. Durante este procedimiento, se realiza una pequeña incisión, con anestesia local o regional, para permitir que la pus se drene y poder realizar un aseo de ese espacio. En algunos casos, puede ser necesario colocar un tubo de drenaje para facilitar la eliminación continua de pus.
Además del drenaje, habitualmente se recetan medicamentos antibióticos para combatir la infección y prevenir complicaciones. Los analgésicos también pueden ser utilizados para aliviar el dolor y la incomodidad.
Un absceso anal que no se trata adecuadamente, puede llevar a complicaciones muy graves.
Algunas de las complicaciones comunes asociadas con un absceso anal incluyen:
Una fístula anal es una conexión anormal que se forma entre el absceso perianal y la piel cercana al ano. Ocurre cuando un absceso «truena o explota»; lo cual drena la pus y alivia el dolor casi de inmediato pero con un riesgo muy alto, por lo cual no es la conducta adecuada.
A medida que el absceso se drena, puede dejar una comunicación permanente que permite el paso de bacterias y materia fecal, lo que puede resultar en una fístula. Las fístulas anales suelen ser dolorosas, pueden infectarse fácilmente y requieren tratamiento quirúrgico.
En algunos casos, después de que se ha drenado un absceso anal, puede volver a ocurrir en la misma área o en una ubicación cercana. Esto puede ser una complicación frustrante y dolorosa, y es posible que se requiera una intervención quirúrgica adicional para tratar el absceso recurrente.
Si un absceso perianal no se trata a tiempo o si la infección se propaga a través del torrente sanguíneo, puede provocar una infección generalizada conocida como sepsis. La sepsis es una afección potencialmente mortal que requiere atención médica urgente. Los síntomas de sepsis incluyen fiebre alta, frecuencia cardíaca acelerada, dificultad para respirar, confusión y disminución del estado de conciencia.
Es crucial buscar atención médica especializada y con experiencia tan pronto como aparezcan los primeros síntomas de un absceso anal para evitar la progresión de la infección y minimizar el riesgo de complicaciones.
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